Historia del colegio
En el contexto de la Revolución Mexicana, en una sociedad convulsionada y un ambiente de persecución eclesiástica, cuatro religiosas salieron de Zamora, Mich., para dirigirse a la ciudad de Guadalajara, donde después de muchas batallas encontraron albergue con distintas familias generosas, las cuales apoyaron el carisma de las hermanas para brindar ayuda a los pobres.
Al ir corriendo el tiempo se fueron incorporando más hermanas, para entonces corría el año de 1921 cuando se inauguró el primer colegio para niñas dependiente directamente de la Congregación de las Hermanas de los Pobres Siervas del Sagrado Corazón (HPSSC), este se ubicó en la esquina de las calles Alcalde y Reforma, dicha institución llevaba el nombre de “Colegio Juana de Arco”, y desde ese tiempo fue considerado uno de los mejores planteles de Guadalajara. Esto permitió que se pudiera extender su labor, creando un nuevo plantel en el año de 1925, (Hoy conocido como Colegio Reforma de calle Montenegro No. 2061).
Para el “Colegio Juana de Arco” se presentaron algunos cambios y tuvieron que trasladarlo poco tiempo después a la calle de Liceo y San Felipe, donde también tuvo gran aceptación, puesto que durante los años de 1926 a 1929 ya concurrían más de 600 alumnas, el colegio llamaba mucho la atención ante la sociedad tapatía de la época, por impartir asignaturas muy novedosas como lo eran inglés,
taquigrafía, mecanografía, corte de ropa y labores femeniles, además de las materias curriculares que asignaban las autoridades.
En 1934 el “Colegio Juana de Arco” fue clausurado, pues en esa época se pretendía extinguir las escuelas católicas. Las religiosas buscaron albergarse nuevamente con buenas familias y desde el interior de esos hogares las hermanas continuaron dando clases y las niñas acudían clandestinamente. A finales de los años 30’s, con un ambiente político y social más tranquilo, el “Colegio Juana de Arco” abrió nuevamente sus puertas, sólo que esta vez cambió de nombre al de “Colegio Hidalgo”, situado en Pino Suárez No. 170, se contaba con las secciones de párvulos, primaria y comercio y en 1950 pudo establecerse la secundaria. Debido a que las instalaciones ya eran insuficientes por el número tan alto de alumnas, las religiosas acordaron adquirir un terreno más amplio, pero la tarea no fue sencilla pues no contaban con el capital necesario y fueron orientadas por el Excmo. Sr. Cardenal Garibi y Rivera ya que era el protector de la congregación, él ayudó con una cantidad monetaria y las orientó durante las gestiones necesarias.
En 1954 se colocó la primera piedra del edificio en el cual hoy nos encontramos, ubicado en la calle Pedro Loza No. 925, la finca se encontraba en construcción y las hermanas trasladaron a las alumnas pues ya no podían seguir ocupando la casa donde se encontraban, la escuela funcionó con gran éxito, desde entonces el buen nombre del colegio iba extendiéndose.
En 1973 las Superioras de la Congregación ordenaron que la primaria se concentrase en el “Colegio Reforma” (de calle Montenegro) y que las secciones de Secundaria y Preparatoria, que ya funcionaba en aquel lugar, se fundieran con la Secundaria del “Colegio Hidalgo”, las alumnas solicitaron el cambio de nombre y desde entonces nos hacemos llamar “Colegio Reforma Secundaria y Preparatoria, A.C.” Con esta nueva organización siguió creciendo y afianzándose, tanto en el aspecto académico como en el formativo, por 23 años más. Durante dicho periodo existía un elemento muy característico y reconocido, este era su estudiantina, debido a su auge por su calidad musical hicieron varias presentaciones en escenarios muy importantes de la República Mexicana, poniendo muy en alto el nombre del colegio.
Durante el ciclo escolar 1995-1996 se presentó un nuevo cambio en su estructura, pues debido a las necesidades de la sociedad moderna el Colegio Reforma Secundaria y Preparatoria se hizo mixto, dicho movimiento lanzó a la institución a otro horizonte más amplio, después de contar con la ayuda de Padres de Familia y apoyándose de una campaña publicitaria a nivel radiofónico, aumentó considerablemente el alumnado. La formación humano cristiana se fortificó así como los aspectos artísticos y académicos, por ello se ha tenido el reconocimiento de las autoridades estatales.
El colegio cuenta con una excelente planta de maestros capacitados, tutoras y titulares que apoyan en la educación integral del alumnado, todo el personal está identificado con el carisma de nuestro Padre Fundador el Excmo. Sr. Dr. José Cázares y Martínez.
Nuestras instalaciones han ido acrecentándose, el edificio cuenta con una infraestructura adecuada a las necesidades educativas, el aspecto tecnológico ha ocupado un elemento muy importante para el desarrollo de nuestro colegio.
Fomentamos en toda nuestra comunidad los valores que nos caracterizan y hacemos viva nuestra filosofía educativa, creando programas de apoyo a distintas instituciones altruistas.